
Bastante desconfianza ha causado el anuncio de la ministra Ena Von Baer sobre el monitoreo de las redes sociales. Y es que lejos de convencer a la ciudadanía de que el objetivo es conocer mejor los intereses de los chilenos, lo cierto es que muchos lo ven como una forma de control inaceptable sobre la población del país.
Internet y las famosas redes sociales se han transformado en una herramienta que actúa a favor del poder ciudadano y sobre esto podemos encontrar cada día más ejemplos. Ya lo vimos en la península arábica, donde miles de jóvenes se organizaron vía Twitter y Facebook para derrocar a sus gobiernos autocráticos y lo mismo ha ocurrido en Chile, donde destacan los casos Punta de Choros e Hidroaysén.
Por lo mismo la iniciativa del Ejecutivo se puede calificar como imprudente, porque perfectamente se puede interpretar que lo que aquí se busca es tener un mayor control sobre las personas, ya que el software de la empresa Brandmetric incluye la localización geográfica de dónde se emiten los mensajes y eso puede significar una forma de amedrentamiento.
Por otra parte, al saber de qué se está hablando en las redes sociales se pueden generar estrategias comunicacionales para evitar la manifestación social en contra de iniciativas que muchas veces son impulsadas por intereses creados, por lo tanto, los $ 14.388.000 se estarían utilizando más a favor de estos intereses y no para solucionar las demandas ciudadanas.
Visto de esta forma, se puede concluir que el expresidente Lagos tenía razón cuando afirmo que aquí el Gobierno se está ganando un problema gratuitamente, ya que la medida es absolutamente innecesaria y sólo da pie a suspicacias, las mismas a las que nos tienen tan acostumbrados los políticos y que nos hacen pensar que no existen garantías de que se hará un correcto uso de la información.
Sin lugar a dudas este es otro autogol del Gobierno.
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