
Recién comienza el Mundial de Sudáfrica y existe cierta unanimidad respecto de lo que se extraña. Aparte de ver un fútbol más intenso y decidido el gran ausente ha sido la expresión del hincha, ese clásico rugido que acompaña cada jugada. ¿El responsable? las vuvuzelas.
Las tradicionales trompetitas africanas se han transformado en el enemigo número 1 de la Copa del Mundo. Los 90 minutos de juego son acompañados por el molestoso estruendo que producen y no son pocos los que piden su prohibición para el resto de los partidos.
Pero a pesar de las quejas por ahora la opción de desarrollar un partido con ruido de ambiente normal parece nula, por lo menos así lo afirmó esta semana el comité organizador:"Nunca se pensó en prohibir las vuvuzelas y pedimos al mundo entero que respete nuestra cultura".
Está bien, todos respetamos la cultura, pero no nos olvidemos que lo principal aquí es el fútbol y que todo lo que interfiere para mal en el juego debería ser evitado. En este sentido hemos visto como los jugadores tienen dificultades para comunicarse entre ellos y para escuchar las órdenes del árbitro.
Pero no sólo se deteriora la estética del espectáculo, también la salud auditiva de los fanáticos y jugadores está en riesgo. Según la fundación Hear the World de Suiza los 144 decibeles que produce cada vuvuzela y que hoy adornan la máxima cita futbolística son perjudiciales para la integridad del órgano auditivo humano, pero hasta el momento a la FIFA no parece importarle.
Esperemos que pronto se tome una determinación al respecto, para que así el espectáculo retorne a la normalidad y nuevamente tengamos ese condimento inigualable que sólo nos puede brindar el jugador número 12: la expresión de la emoción.
Cuatico... debería ser más consciente el público, y si no lo son, deberían ponerse las pilas los que organizan todo....
ResponderEliminarPor más que ese ruído moleste; por más que no se entienda nada, no es correcto venir a pedir que se les saque o que se les deje.
ResponderEliminarEsas condenadas trompetas que hacen un sonido imfernal son parte de la cultura sudafricana, por lo que venir a pedir que sean sacadas, es lo mismo que ir a cambiar el orden de los muebles a una casa que no es propia.
Si no se puede escuchar al compañero, no es más que una condición del juego. En el tenis pasa cuando se juega en pasto o semento, o en el mismo fútbol cuando las medidas de la cancha son más largas respecto a otras.
Menos visión occidental, más comprención, pero por sobre todo agradecimiento a lo diferente, ya que el sentido del juego no es otro más que -al menos en eso creo- pasarlo bien tratando de superar al contrario en un combate justo y leal.
en todo caso acá va mi opinión original
http://alcaboqueniqueria.blogspot.com/2010/06/blog-post.html