miércoles, 22 de septiembre de 2010

Proyecto feriados dominicales

No sólo una fuerte resaca y algunos kilos de más nos dejó la extensa celebración del Bicentenario, ya que al parecer la discusión en torno a los feriados agregados del viernes 17 y lunes 20 de septiembre fue apenas el inicio de lo que podría transformarse en un nuevo y acalorado debate en el país.


Tomando como referencia lo acontecido en las Fiestas Patrias las diputadas Carolina Goic (DC) y Cristina Girardi (PPD) presentaron un proyecto para que todos los domingos y feriados del año los trabajadores puedan estar con sus familias, iniciativa que según comenta la demócrata cristiana en su columna del diario El Mostrador “traerá beneficios concretos para las familias chilenas y por extensión a toda la sociedad”.


Si bien la iniciativa podría parecer una aberración para la literatura económica moderna también puede ser perfectamente entendible si pensamos en que actualmente llevamos un ritmo de vida que no favorece la comunicación y que por ende nos mantiene completamente alejados.


Mirado desde este punto de vista la propuesta de estas 2 mujeres podría ser un gran aporte para nuestra sociedad, que crece en términos productivos pero que sacrifica la proximidad entre sus miembros, abriendo una especie de flagelo que muchas veces es generado por esta falta de atención que tenemos entre nosotros.


Por ejemplo, hoy es normal en los hogares chilenos que los hijos estén todo el día en el colegio y que sólo puedan estar con sus padres en la noche, cuando el cansancio de la rutina deja poco espacio para la comunicación. En este sentido, implementar una medida como esta sería muy beneficiosa para fortalecer a la familia, una de las pocas instituciones que permanece de pie frente a la crisis de alteridad que vivimos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

La teleserie del Estadio Nacional


El 15 de junio del año 2009 la ex Presidenta, Michelle Bachelet, hizo un anuncio que cautivó a todos los amantes del deporte: la remodelación a gran escala del Estadio Nacional.

En la oportunidad se dijo que el principal coliseo deportivo del país sería dotado de 60 mil butacas individuales y que, aparte de rebajar la pista atlética y cancha un par de metros, tendría como principal novedad un moderno sistema de iluminación que saldría de un vanguardista techo. Chile tendría por fin un recinto deportivo de nivel mundial.

Pero lamentablemente con el tiempo nos pudimos dar cuenta de que esas hermosas animaciones del MOP no tenían sustentabilidad alguna en el mundo real. Lejos de haber creado un proyecto sólido y serio en el camino las autoridades fueron cambiando las versiones y de a poco los chilenos volvíamos a lidiar con esos proyectos “chantas” que lamentablemente nos hemos acostumbrado a tolerar, pero bueno, nos es el ánimo de este bloguero sembrar la cizaña, por lo tanto cerraremos el primer capítulo de esta teleserie concluyendo que las cosas se hicieron de manera apresurada y punto.

Después de todo este parto el estadio por fin volvió a abrir oficialmente sus puertas. La mañana del pasado 12 de septiembre Piñera y Bachelet cortaron la tradicional cinta tricolor que cerraría esta comedia, pero no fue así. El actual Mandatario aprovechó la oportunidad para hacer un nuevo anuncio: "Vamos a agrandar nuestro estadio para que pueda tener 70 mil butacas, 70 mil espectadores”.

Aparte del disgusto que causó en el directorio de Azul Azul las palabras del Presidente nos obligan a reflexionar. Si bien se nos entregó un estadio sin techo y con un aforo que apenas supera los 50 mil espectadores, lo cierto es que el recinto ñuñoíno de igual forma quedó bastante mejorado. Es por esto que es válido preguntarse lo siguiente: ¿es realmente necesario hacer una nueva inversión para poner más asientos?

Las 2 posturas que pueden surgir frente a esta interrogante son igualmente respetables y no necesariamente deben ser calificadas como negativas o positivas. Lo que sí es realmente necesario es hacer un llamado a nuestras autoridades a que trabajen con la seriedad y profesionalismo que los chilenos nos merecemos, porque no se pueden volver a cometer errores de esta magnitud.