En el añ
o 1996 Universidad de Chile cumplió su mejor campaña en la Copa Libertadores. En aquella oportunidad los dirigidos por Miguel Ángel Russo treparon hasta semifinales, instancia en la cual fueron eliminados por el mejor River Plate de todos los tiempos, aunque claro está, entre aquel equipo comandado por Enzo Francescoli y la “U” de Leonardo Rodríguez y Marcelo Salas no había mucha diferencia.
La caída fue dura y hasta el día de hoy no ha sido posible reponerse completamente de aquella derrota, ya que es difícil tener un equipo como el que hacía delirar a Los de Abajo en esa época y se presumía que pasarían muchos años para poder tener una revancha. La realidad de nuestro fútbol nos hacía pensar así, por lo menos antes de que contáramos con el factor Bielsa.
14 años después esa espera está a punto de terminar. Tras empatar a un tanto con las Chivas de Guadalajara en calidad de visitante los dirigidos por Gerardo Pelusso se encuentran a 90 minutos de romper esa especie de maleficio y
poder disputar la primera final continental en la historia del club. La expectativa crece entre los hinchas y algunos ya sacan cuentas para viajar a Brasil. Pero será mejor mantener la calma, ya que los azules han jugado muy bien como forasteros pero en casa han sufrido más de la cuenta, basta recordar el partido con Flamengo en el estadio Santa Laura.
El encuentro de este marte en el estadio Nacional debe ser afrontado con la misma concentración que se tuvo en tierras aztecas ya que será más difícil. ¿Cómo jugarle a las Chivas en Santiago? ¿Hay que esperarlos? ¿Hay que jugar con su desesperación? ¿Hay que liquidarlos desde el comienzo? Parece haber muchos caminos, pero evidentemente es complejo manejar este tipo de ventajas, más aun si se toma en cuenta que si los mexicanos ganan por la cuenta mínima se quedan con la llave.
Marcelo Bielsa en una oportunidad dijo que “no es bueno entrar en el terreno de las especulaciones”, y al parecer eso es lo mejor que podría hacer Pelusso. En este sentido, lo más adecuado sería jugar el partido como generalmente lo hace un conjunto de local, es decir, buscando el arco contrario para quedarse con los 3 puntos. De ninguna manera se debe jugar con la pasividad que podría entregar la ventaja obtenida, eso pasó luego del triunfo en Lima y se terminó pidiendo la hora. Suerte a los azules en esta pasada!

La caída fue dura y hasta el día de hoy no ha sido posible reponerse completamente de aquella derrota, ya que es difícil tener un equipo como el que hacía delirar a Los de Abajo en esa época y se presumía que pasarían muchos años para poder tener una revancha. La realidad de nuestro fútbol nos hacía pensar así, por lo menos antes de que contáramos con el factor Bielsa.
14 años después esa espera está a punto de terminar. Tras empatar a un tanto con las Chivas de Guadalajara en calidad de visitante los dirigidos por Gerardo Pelusso se encuentran a 90 minutos de romper esa especie de maleficio y

El encuentro de este marte en el estadio Nacional debe ser afrontado con la misma concentración que se tuvo en tierras aztecas ya que será más difícil. ¿Cómo jugarle a las Chivas en Santiago? ¿Hay que esperarlos? ¿Hay que jugar con su desesperación? ¿Hay que liquidarlos desde el comienzo? Parece haber muchos caminos, pero evidentemente es complejo manejar este tipo de ventajas, más aun si se toma en cuenta que si los mexicanos ganan por la cuenta mínima se quedan con la llave.
Marcelo Bielsa en una oportunidad dijo que “no es bueno entrar en el terreno de las especulaciones”, y al parecer eso es lo mejor que podría hacer Pelusso. En este sentido, lo más adecuado sería jugar el partido como generalmente lo hace un conjunto de local, es decir, buscando el arco contrario para quedarse con los 3 puntos. De ninguna manera se debe jugar con la pasividad que podría entregar la ventaja obtenida, eso pasó luego del triunfo en Lima y se terminó pidiendo la hora. Suerte a los azules en esta pasada!
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