
La “U” hace bastante tiempo que no juega bien, incluso lo realizado en Copa Libertadores, que fue una hazaña importante y valorable, dejaba muchas dudas, porque pocas veces vimos partidos sólidos. En este sentido, los azules eran un equipo ordenado, efectivo y muy inteligente para manejar los partidos, pero siempre dio la sensación de que jugaba al límite de sus capacidades.
Ahora la situación es más grave, puesto que se tiene jugadores con otras características y Pelusso sigue abusando del viejo truco del centro, incluso cuando sus dirigidos apenas pisan el área rival para interceptarlos.
Contra Unión Española fue realmente penoso, vimos una especie de resumen de lo que ha sido la “U” este segundo semestre. Un equipo especulativo que no propone nada y que da la sensación de que necesita con urgencia un cabio de técnico, porque ni siquiera ha sido capaz de encontrar la oncena titular.
En su conservador esquema de juego ocurre que un jugadorazo como Edson Puch se transforma en una pieza intrascendente, que puede eludir a tres rivales pero no tiene a nadie a quien habilitar porque Rivarola, que era el único delantero, tenía que bajar a buscar pelotas.
En esto se ha transformado la escuadra del charrúa, en un equipo sin identidad, que convierte sólo por coraje y que se mal acostumbró a enfrenta partidos “vitales” con evidentes dudas en cada toque de balón. Se defiende mal y no se ataca, por eso ya es habitual ver a Victorino oficiándolas de delantero en el último tramo del juego, realmente un penoso desorden.
Ahora a los azules les resta esperar que esta tarde Universidad Católica le gane a Colo Colo en el Estadio Monumental para así depender de sí mismos. De ocurrir esto tendrá que ganar los 2 clásicos y no enredar puntos, en una tarea que será doblemente difícil si tomamos en cuenta el fixture y las enormes dilemas que parece tener el técnico.
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